¿Meta qué? La palabra metacognición es una palabra que asusta al principio, lo sabemos. Pero ahora entenderás que no es nada del otro mundo y cuando empieces a conocer sus beneficios, empezarás a integrar esta estrategia pronto en tus clases para que tus alumnos aprendan a pensar con la ayuda de preguntas de metacognición.
Y muy relacionado con la metacognición está el pensamiento crítico. Pues es el máximo nivel de metacognición, según sostiene Marina y Pellicer (en su manual La inteligencia que aprende. La inteligencia ejecutiva aplicada a los docentes).
Por tanto, enseñar a los alumnos a formular preguntas es una forma de implicarles en el aprendizaje. Pero no cualquier tipo de preguntas vale, como las preguntas cerradas. A continuación, te contamos qué requisitos debe tener una buena pregunta que guía al alumno al autoaprendizaje y se convierte en un aprendizaje significativo.
La metacognición es la capacidad de analizar de forma crítica lo que alguien piensa. Es la habilidad cognitiva de tomar conciencia y control de los pensamientos.
La parte positiva de esto es que esta habilidad se puede aprender de forma consciente, desde edades tempranas y desde cualquier materia, incluida en la enseñanza de idiomas.
Beneficios del pensamiento cognitivo
Un pensamiento cognitivo potente permite al alumno:
La metacognición se centra en aspectos como la reflexión, el análisis, la crítica, el razonamiento, la colaboración o las conexiones. Pero, ¿qué condiciones debe tener una buena pregunta para fomentar el aprendizaje? A continuación, te damos las claves y algunos ejemplos.
Estos son los más importantes:
Estos son solo algunos ejemplos de preguntas:
En definitiva, las preguntas que mejor funcionan para un aprendizaje significativo y basado en la metacognición son aquellas que animan a dar razones, someten a crítica lo que dicen, llevan a aclarar el pensamiento, motiva a sacar posibles conclusiones y hacen reflexionar sobre correcciones.
Como docentes tenemos la responsabilidad de guiar a nuestros alumnos a un aprendizaje significativo, creativo y crítico. Y una de las técnicas para lograrlo es a través de preguntas cognitivas, donde la empatía y el respeto serán puntos primordiales para entablar una buena relación entre profesor y alumno.
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